El comúnmente conocido como Aligustre, es un arbusto que llega hasta los dos metros de altura, es ideal porque crece tanto a pleno sol como a la sombra y al ser de hoja perenne es ideal para los jardines, además su crecimiento es rápido y llega a alcanzar hasta 2-3 metros de altura. Os contamos sus curiosidades, cuidados y algo muy importante… ¡su poda!
Lo más llamativo de esta planta es que tiene muchas ramas con unas hojas de un verde intenso, es ideal para darle la forma que se prefiera, pero son muy conocidas la forma de bolas o para vallas de jardines. Además tiene unas las flores con una tonalidad blanca y desprenden olor que salen a final de la primavera o principios del verano. Llaman la atención sus frutos, de color negro y del tamaño de un guisante, son puramente ornamentales.
El Aligustre no necesita una ubicación determinada, se adapta muy bien a todo tipo de suelos, es cierto que cuanto más fresco y fértil sea el suelo, mejor le va a ir a su crecimiento, pero aguanta sin problemas suelos de toda índole. Arcillosos, ligeros, frescos, calizos… ¡Es muy agradecido!
El riego es muy importante para esta planta, es conveniente que se riegue de forma abundante especialmente en verano, cuando el calor es más acuciante, y más todavía si está expuesto a los rayos de sol. El suelo debe estar bien drenado para que no se quede encharcadas las raíces. En lo que se refiere al abono hay que realizarlo a principios de la primavera, una buena época para revitalizarla, antes del verano.
La poda es un aspecto clave para esta planta, recomendamos realizarla entre dos y tres veces al año, ha de ser de una forma moderada, es decir no realizar cortes excesivos sino que solo se realizará una poda de mantenimiento anual y otras dos para manter su forma y aligerar el seto. Te mostramos en nuestro video cómo hacerlo, en este caso con una forma de bola.